El ciberbullying o ciberacoso escolar afecta a miles de niños y niñas en España y cualquiera puede ser objeto de estos ataques a través de internet y las redes sociales. Pero, sin duda, uno de los colectivos más vulnerables es el colectivo LGTBI, en el que “ser o parecer” se convierte en uno de los principales motivos de sufrir este tipo de abuso, y más concretamente el ciberbullying a menores LGTBI
Precisamente, las agresiones basadas por la orientación sexual es una de las primeras causas de acoso escolar y su magnitud se hace más dañina y virulenta cuando estos ataques se trasladan a través de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s).
El ciberbullying a menores LGTBI es un fenómeno complejo, ya que pueden verse implicadas o involucradas no sólo personas del entorno de la víctima, sino también desconocidos.
Efectivamente, el abuso y hostigamiento se extiende y generaliza en la “Red”, alcanzando a usuarios que no tienen ninguna relación personal con el acosado/a, es lo que se conoce como el “efecto viral” de internet, lo que genera una ansiedad y padecimientos intensos en la víctima, pudiendo prolongarse durante un período prolongado de tiempo.
De esta forma, alumnos que no llevarían a cabo estas conductas aprovechan las circunstancias del entorno online para actuar agresivamente hacia la diversidad afectivo-sexual e identidades de género.
Este acoso tecnológico puede combinarse de diferentes formas, de manera que la víctima puede serlo de varias de ellas, ya que los acosadores utilizan todos los medios que están a su alcance y la tecnología le permite.
Los medios más comunes son los ataques realizados a través de las redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea, blogs, webs de vídeos (Youtube, Google vídeos, etc…), como, por ejemplo, los mensajes con contenido insultante, las fotos o imágenes humillantes o denigrantes, la suplantación de la identidad de la víctima en internet o los vídeos humillantes y, en menor medida, llamadas y mensajes de texto.
Hay que tener en cuenta que el entorno virtual se ha convertido en un espacio de socialización fundamental para los jóvenes, donde se relacionan e interactúan; por ello, el acoso a través de las tecnologías es potencialmente muy peligroso y dañino, y donde la violencia LGTBI puede expandirse impunemente.
En este sentido, es fundamental poner el énfasis en difundir y promover el valor del respeto dentro de la familia, para prevenir y erradicar el ciberbullying; pero, también es necesario educar al alumnado en este fenómeno del ciberbullying a menores LGTBI, formar al profesorado e informar a padres, madres y tutores, fomentando la comunicación entre ambos; todo ello, con un objetivo claro, denunciar cualquier tipo de abuso.
