Bullying escolar, fenómeno del acoso en las aulas, está sonando últimamente con demasiada fuerza en los medios informativos, mostrando una realidad que permanecía oculta, o al menos, eso pretendemos creer, haciendo temblar los cimientos de los centros educativos de toda España. Pero, sobre todo, nos hace pensar qué tipo de sociedad estamos construyendo y, peor aún, que valores estamos transmitiendo a nuestros niños, jóvenes y adolescentes.
Cuando hablamos de bullying escolar, nos estamos refiriendo al desarrollo y ejecución de una serie de comportamientos que no siempre tienen que culminar en el maltrato puramente físico, característica fundamental que solemos asociar al bullying escolar.
Este tipo de maltrato se puede llevar a cabo de diferentes formas, el más común, como ya hemos señalado anteriormente es el bullying físico. Evidentemente, se caracteriza por el empleo de la fuerza física y es el más visible.
En este tipo de bullying escolar, se ejecutan toda una serie de acciones por parte del agresor, encaminadas a atemorizar a la víctima, por ejemplo: patadas, zancadillas, empujones, puñetazos, golpes y agresiones físicas de toda clase, tan variadas como permita la imaginación maliciosa del acosador. Muy utilizado, por otra parte, por los niños.
En este sentido, cabe decir que al agresor, en estas situaciones, siempre se encuentra presente y acompañado de un conjunto de espectadores, observadores o sujetos pasivos, que refuerzan el comportamiento del acosador, al que alientan y animan con su actitud.
Este es el ejemplo más típico de bullying escolar, pero, desgraciadamente, no es el único; podemos citar otras manifestaciones comunes, igualmente dañinas para la persona o personas que las sufren.
Por ejemplo, el bullying verbal, y que tristemente se califica como cosas de niños. Es uno de los más peligrosos, ya que van minando paulatinamente la autoestima de la víctima, pudiendo llegar a situaciones límite y verdaderamente dolorosas. Básicamente, se caracteriza por el empleo de insultos, amenazas, burlas, coacciones, etc…, que tienen por objeto ridiculizar y humillar a la víctima.
Otra clase de bullying escolar quizás menos conocido, pero más utilizado de lo que se cree, es el bullying de carácter social, también conocido como aislamiento social. Éste es mayoritariamente utilizado por las niñas, y consiste en excluir de las actividades, juegos,… a la víctima, y, por tanto, apartándola del grupo. Es una forma sutil de ignorar a la víctima, de hacerle creer que no existe para el grupo, dejándola sola y sin compañía alguna. Aquí también se necesita la colaboración e implicación de otros sujetos, como ocurría en el bullying físico.
Es sin duda, una de las formas más crueles de acoso; no olvidemos que el sentimiento de pertenencia y adhesión a un grupo o comunidad, es muy fuerte y adquiere especial trascendencia en la adolescencia.
Y finalmente, nos encontramos con el ciberbullying o ciberacoso escolar. Este es el tipo de bullying escolar más agresivo de todos, ejecutado a través de internet y las redes sociales, en la que víctima se encuentra perseguida día y noche, dado la inexistencia de fronteras y el efecto viral de la Red. Las conductas que se pueden cometer son muy variadas y depende de la pericia y conocimientos del agresor: publicar fotografías, vídeos, comentarios insultantes e hirientes, mensajes continuos de whatssaps, etc….
