La defensa frente al bullying es un tema de gran interés y conocimiento no sólo para los menores víctimas, sino también para todos los miembros de la comunidad educativa: profesorado, familias y alumnado.
El bullying o acoso escolar se manifiesta mediante ataques o agresiones repetidas, constantes y duraderas en el tiempo, produciendo situaciones conflictivas y de gran tensión, lo que puede arrastrar a las víctimas a escenarios imprevisibles y fuera de control.
Un ataque verbal puede ser tan ofensivo y doloroso como una agresión física. Ante este tipo de acciones, la mayor parte de los menores se quedan totalmente paralizados, bloqueados, responden demasiado tarde o reaccionan de manera impulsiva y con una gran carga de agresividad.
En estos casos, la defensa frente al bullying se vuelve fundamental, pero, lamentablemente, hay una serie de patrones que la dificultan enormemente:
En primer lugar, todas las burlas, comentarios y críticas van dirigidas a desestabilizar a la víctima y desgastarla emocionalmente. Por ello, el agresor suele tantear el terreno con pequeñas indirectas e insinuaciones, recurriendo a toda clase de provocaciones y buscando los puntos débiles para hacer el mayor daño posible; si éstas consiguen su efecto actuará más agresivamente. El resultado es claro: la víctima se desquilibra emocionalmente y el acosador habrá conseguido lo que busca.
En segundo lugar, estas agresiones verbales causan más impacto en aquellas personas que no reaccionan rápidamente y se bloquean, no encontrando la respuesta adecuada hasta más tarde; esto les genera sentimientos de ira y frustración, pudiendo derivar en estados de ansiedad ante posibles reiteraciones y repeticiones de la situación.
En tercer lugar, ante estos ataques injustos y repentinos, muchas veces la víctima reacciona con indignación, mostrando un tono agresivo y levantando la voz. Llegado este punto, el acosador obtiene su máxima satisfacción, viendo el estado de nerviosismo y descontrol en el que se encuentra el menor víctima, mientras él controla la situación de forma tranquila y serena.
Así pues, estas situaciones requieren del manejo de una serie de técnicas y estrategias de la defensa frente al bullyuing, que posibiliten el efecto contrario al deseado por el acosador; mediante el ejercicio de habilidades conversacionales y de comunicación, que combinen la ironía, sarcasmo, humor positivo, efecto sorpresa y creatividad.
En Lomber Soluciones Cyberbullying entendemos las difíciles circunstancias y vulnerabilidad en que se encuentra la víctima y su familia, por ello hay que tener presente la personalidad de cada uno de los menores, adaptando el conjunto de herramientas más afines a sus características personales.
Con ello se persigue un objetivo muy claro: que la víctima alcance una seguridad y confianza en sí misma suficiente para hacer frente a tales sitiuaciones de hostigamiento, generando un control y espacio emocional que le permita ser capaz de reaccionar de forma amable, objetiva y calmada; consiguiendo con ello revertir la situación y “desarmando” al agresor, lo que le dejará totalmente desprevenido y estupefacto.
