Se acercan fechas que despiertan todo tipo de emociones tanto a menores como a los padres sobre las excesivas compras que en muchas ocasiones, no son realmente necesarias. Mientras que a los menores les invade una intensa euforia y esperanza, los padres sienten una serie de emociones completamente contrarias que invitan a la reflexión: ¿ es necesario comprar todo los que los menores nos piden? ¿ cómo afecta esta situación en el desarrollo emocional del menor? ¿ les genera frustración? ¿ cómo podemos actuar?
En un artículo publicado en “Noticias de gipuzkoa” se centran en la frustración que desarrollan los menores cuando se les regala en exceso, situación que muchos padres no saben gestionar ya que no son capaces de contenerse y asumir las consecuencias que se pueden producir al negar regalos determinados: rechazo y molestias que se transforman en rabietas y chantajes emocionales. En dicho artículo, aparece el punto de vista de un profesional: “Francesc Núñez, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), advierte de que en la actualidad “se regala mucho más de lo necesario y más de lo que la emotividad de un niño puede aceptar, obedeciendo a unas dinámicas consumistas que tanto los adultos como la sociedad trasladamos a los más pequeños”. Además habla también de las consecuencias que se pueden producir: Una consecuencia del exceso de regalos es lo que resume el llamado síndrome del niño hiperregalado, que, según Núñez, provoca entre otras cosas que los niños “no aprecien los regalos, pierdan la ilusión y se vuelvan caprichosos, egoístas y consumistas”. https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/2018/12/17/sociedad/ninos-hiperregalados-ninos-frustrados
Existe una regla que establece un número de regalos basados en unos criterios. Se llama la Regla de los 4 regalos:
- Algo que sirva para llevar (ropa, zapatos, material escolar…)
- Un regalo que realmente deseen.
- Regala algo que realmente necesiten.
- Algo para leer
No obstante, desde “Lomber Soluciones Cyberbullying” no somos partidarios de decir una cantidad exacta de regalos. Más bien, creemos en el criterio lógico de cada familia para establecer un equilibrio entre los deseos y las necesidades del menor. Para ello, debemos ser consecuentes y dar ejemplo a través de comportamientos coherentes que reflejen nuestra valoración ya no solamente en determinadas celebraciones, sino en nuestro día a día. Una vez más, tenemos que tener en cuenta que nuestros menores nos van a imitar en el comportamiento que reproduzcamos sin ser conscientes de las consecuencias.
