Las familias de los menores agredidos por el bullying

El bullying es un fenómeno en alza y cada vez más presente en la vida de los escolares y centros educativos.

El acoso escolar es un reflejo de la falta de educación en valores de muchos de nuestros menores en la sociedad española y la transmisión de límites en la educación familiar es cada vez menor.

Ésta y otras consecuencias, como la escasa empatía, intolerancia a la frustración y una necesidad preocupante por la inmediatez y obtención de las cosas rápidamente, son algunos ejemplos que pueden explicar el creciente aumento de esta problemática en las aulas españolas.

 

Hostigamientos y abusos que en los casos más graves y, especialmente si el acoso continuado se prolonga mucho tiempo, puede generar graves secuelas psicológicas en los menores acosados, conduciendo a la depresión y en límites extremos al suicidio.

 

La gravedad de los efectos del bullying y su continua presencia en los medios informativos, preocupa enormemente a las familias de los menores agredidos por el bullying, impotentes para frenar su evolución y conscientes de la carencia de recursos para su detección.

Las familias de los menores agredidos por el bullyingEstos efectos son aún más perniciosos y devastadores en los casos de ciberbullying o ciberacoso escolar, ya que la ciberpersecución es constante, en cualquier momento del día o la noche, aumentando exponencialmente los daños hasta límites insospechados, dado el alcance y dimensión de internet y las redes sociales.

 

En este sentido, las familias de los menores agredidos por el bullying muestran su sorpresa y perplejidad cuando descubren, accidental y tardíamente, la existencia de una situación de bullying, que desconocían absolutamente, junto con los datos, elementos o señales que les hubiesen ayudado a detectar estos hostigamientos y agresiones hacia sus hijos.

Por ello, las familias de los menores agredidos por el bullying reclaman mayor disponibilidad, ayuda y acceso a recursos, herramientas, para detectar a tiempo las señales inequívocas de estos ataques (físicos y/o tecnológicos), información, pasos a seguir y, sobre todo, atención psicológica y/o jurídica especializada, según cada caso, con especial hincapié en la recuperación de los menores.

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