Hoy día asistimos asombrados y estupefactos ante la gran cantidad de vídeos que circulan por internet y de los que se hacen eco los medios de comunicación, principalmente los canales de televisión; hablamos de los conocidos “Social Challenge” o retos virales en los adolescentes.
Llama poderosamente la atención cómo los adultos intentamos comprender y asimilar estos comportamientos de los adolescentes. Aludimos a la inconsciencia, locura, ignorancia u otras palabras similares, que nos ayuden a entender por qué los menores actúan de este modo.
Parece que olvidemos que nosotros también fuimos jóvenes y tuvimos nuestras propias experiencias, aunque las intentemos justificar como “locuras de juventud”.
Evidentemente, también hacíamos cosas estúpidas porque las considerábamos divertidas, que veíamos en la televisión y muchos imitábamos; lo único que cambia es que los adolescentes las comparten actualmente en las redes sociales.
Si hay algo común en todos los adolescentes, independientemente de la época y el momento de la historia en que nos encontremos, es su afán por llamar la atención, su necesidad de búsqueda de aprobación y el sentimiento de pertenencia a un grupo social.
En este sentido, los retos virales en los adolescentes constituyen un ejemplo de la socialización que se produce a través de internet, en la que unos y otros compiten por la popularidad, reconocimiento o prestigio.
Los Social Challenge surgieron desde un punto vista esencialmente benéfico, algunos derivaron en temáticas divertidas, graciosas o inofensivas; sin embargo, otros muchos son totalmente peligrosos, nocivos y perjudiciales para la salud e integridad física de los menores, pudiendo causar graves secuelas, heridas físicas y en casos muy extremos, incluso la muerte.
Los retos virales en los adolescentes hay que tomárselos muy en serio, dado la extensión y alcance que están experimentando entre niños, jóvenes y adolescentes; por lo que debemos analizar profundamente qué es lo que está pasando y cómo debemos actuar al respecto ante esta nueva moda, que está creciendo exponencialmente y a una velocidad alarmante.
Pero esto será motivo de otro artículo, en el que analizaremos cómo podemos prevenir estos comportamientos.