Cada vez es más frecuente la presencia en los medios informativos de noticias relacionadas con menores víctimas de acoso escolar. Acoso físico que tiene su continuidad también en internet y las redes sociales, pero ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué un menor es acosado en internet?
El hostigamiento y persecución en la Red tiene importantes consecuencias en la salud de los menores víctimas de ataques de ciberacoso escolar; agresiones que se producen en cualquier momento, 24 horas al día, con lo que los menores afectados se encuentran en una especial situación de vulnerabilidad y sufrimiento constante.
Por tanto, ante esta situación las familias y profesionales se plantean la misma pregunta, ¿Por qué un menor es acosado es internet?, buscando la respuesta que ayude a la solución de esta problemática que se está convirtiendo en una auténtica lacra social.
Esta cuestión plantea muchas hipótesis y teorías, dado la complejidad del fenómeno y los numerosos elementos que intervienen.
En primer lugar, existen planteamientos y tesis que argumentan que la esencia de estas agresiones electrónicas se basan en el interés que despierta la víctima o potenciales víctimas en el agresor, debido a sus particulares características físicas, psicológicas o emocionales, que le hacen “ser o parecer” un blanco fácil, diana o foco de los futuros ataques; ataques que, por otra parte, se inician en el medio físico y tras el tanteo o aproximación inicial, se trasladan posteriormente a la Red
En segundo lugar, independientemente de las evidentes características físicas y/o psicológicas de la víctima, otra explicación puede encontrarse en el hecho de que cualquier diferencia que se aleje de los parámetros establecidos como “normales” admitidos socialmente, despierta la atención del agresor/es y el recelo o suspicacia del grupo, que se consideran amenazados por estos alumnos etiquetados como “diferentes” y así se lo expresan y manifiestan, mediante su rechazo expresa o tácitamente; rechazo que vuelcan y publican en internet y las redes sociales, cruel y vilmente, multiplicando de manera viral y exponencial los daños causados al menor afectado, muy superior a los experimentados físicamente.
En último lugar, la falta de acción o respuesta por parte de la víctima ante los primeros movimientos de aproximación del acosador, puede desencadenar el inicio del acoso y el comienzo de la persecución del agresor, que ve alimentadas así su necesidad de protagonismo, control, dominio y autoridad sobre el grupo. Con ello transmite un claro mensaje: él domina el grupo y la situación, controla todo que pasa a su alrededor.
Este control se vuelve más agresivo y constante en internet y las redes sociales.
Por tanto, la respuesta a la cuestión ¿Por qué un menor es acosado en internet? está sujeta a muchos elementos, pero, en cualquier caso, es una situación muy grave, debemos realizar una continúa labor de actuación y “re-educación” con los agresores, pero también debemos proporcionar herramientas adecuadas a las víctimas, que les permita resolver eficazmente situaciones de conflicto, aprendizaje cuyos efectos son poderosísimos y les servirá enormemente en todos los órdenes de su vida adulta.
