El sexting es una práctica cada vez más extendida entre nuestros jóvenes. Consiste en el envío o intercambio de imágenes o vídeos de contenido erótico o sexual, y en situaciones o actitudes claramente comprometidas para los menores.
Este tipo de conductas pueden acarrear consecuencias muy peligrosas, y de que nuestros hijos, nietos, amigos o sobrinos no son enteramente conscientes.
En este sentido, el sexting supone dejar la puerta abierta para que entren “invitados no deseados”, por así decirlo, y poner en peligro la propia intimidad, imagen y privacidad del menor.
Dos ejemplos claros de las consecuencias y peligros del sexting son: la ruptura con la pareja sentimental y en el que el envío de imágenes o vídeos comprometidos pueden ser utilizados como chantaje, coacción o extorsión, lesionando gravemente la autoestima del menor; y en el segundo caso, los ciberacosadores sexuales que se encuentran al acecho en la Red, y quienes, habiéndose ganado previamente la confianza del menor, se convierten en “auténticos depredadores” ; siendo los niños “víctimas perfectas” y vulnerables ante las peticiones de los agresores.
El sexting es, por tanto, una amenaza que conviene ser tomada muy en serio por todos los agentes educativos, pero especialmente por los menores y sus familias.
Nuestros niños, jóvenes y adolescentes son “nativos digitales”, han nacido en la era tecnológica, manejan internet y las redes sociales desde edades muy tempranas, lo que les lleva en muchas ocasiones a “bajar la guardia”, conscientes de su dominio de la tecnología y en la creencia que no les ocurrirá nada, que “ellos controlan”. Sin embargo, los estudios recientes demuestran claramente que esto no es así, y que es necesaria la labor e implicación de padres y educadores en la educación tecnológica, elaborando diferentes estrategias de afrontamiento y prevención ante los diferentes riesgos que se presentan por el uso inadecuado de las TIC.
Con respecto, a la violencia de género en internet y las redes sociales cabe apuntar muchas cosas, pero eso será objeto de otro artículo. Aunque sí podemos adelantar una cosa: gran parte de las consecuencias del sexting se producen no sólo tras la ruptura de las parejas jóvenes, sino también durante el transcurso de su relación, por un mal entendido e idealizado “amor romántico”.
En cualquier caso, esto es objeto de un intenso debate y lo analizaremos en profundidad en otro artículo.
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Con la llegada de las TIC, las nuevas generaciones de jóvenes están tan habituadas a su uso que piensan que “controlan”. Sin embargo, no hay que confundir saber manejarlas con saber controlarlas y hacer un buen uso de ellas. Por suerte, las TIC también posibilitan espacios como este para ayudar a jóvenes y padres a prevenir casos como este y hacer un uso responsable de las mismas.
Gracias por tu participación Yolanda.
Efectivamente, los menores nacidos en la era digital, también conocidos como “menores digitales” interactuan y se comunican entre ellos a través de la tecnología, incorporándola en sus vidas de forma totalmente natural y normalizada.
Pero, como muy bien apuntas Yolanda, no son conscientes de sus riesgos y lo que el mal uso de internet puede generar, todo ello bajo la falsa sensación de seguridad que muestran nuestros menores en su dominio del mundo virtual. Ahora bien, evidentemente las TIC también ofrecen espacios y puntos de encuentro donde abordar convenientemente estos temas y buscar soluciones, totalmente de acuerdo Yolanda.
Un cordial saludo
¡Gracias a vosotros!