Prevenir el ciberbullying es una cuestión de gran preocupación para las familias, sobre todo en el ámbito de la salud, tanto física como emocional o psicológica. La prevención del ciberbullying empieza con la formación a diferentes agentes que influyen en la socialización de los menores: familia, escuela, compañeros, amigos y profesionales.
Actualmente, se imparten talleres de una forma general en diferentes contextos escolares. Dichos talleres están destinados a los menores, en los que explican el fenómeno del ciberbullying y sus consecuencias en la salud física y emocional de quien lo sufre. No obstante, ¿dónde está la formación de prevención del ciberbullying, tanto a los padres como profesores? ¿Están realmente preparados para recibir este tipo de formación? ¿Existe un trabajo conjunto entre los agentes socializadores del menor para afrontar este fenómeno? Por supuesto, las respuestas a estas preguntas pueden ser muy variadas. Pero las estadísticas indican que el ciberacoso cada vez cobra más fuerza e investigaciones realizadas indican que la formación que se ofrece es general, escasa y esporádica y no es suficiente para realizar una prevención eficaz.
Como en cualquier intervención tanto médica y psicológica, la prevenir el ciberbullying debe ser una materia personalizada a cada familia, en función de su tendencia educativa y de la personalidad del menor. También debe ser una prevención basada en formación continua y progresiva adaptándose a cada situación. Y por supuesto, no podemos olvidar la figura del profesor, importante para detectar las señales de alarma iniciales de un menor que está sufriendo tanto bullying como ciberbullying,
Ofreciendo formación detallada y personalizada en prevenir el ciberbullying a los diferentes agentes socializadores podremos disminuir la posibilidad de que los menores padezcan este tipo de acoso y, en el caso de que se produzca, podremos realizar una intervención temprana menguando el impacto a nivel psicológico y físico. Al fin y al cabo, tener información es poder.
