El interés en los menores por aprender. ¿Cómo podemos fomentar la motivación?

En el anterior capítulo nos centramos en el término de la motivación y sus dos tipos más conocidos. Puedes encontrar el artículo en el siguiente link: http://lomber.es/la-motivacion-en-la-etapa-infantil-como-impacta-en-su-desarrollo-intelectual-y-emocional/

Como dijimos anteriormente, “la motivación extrínseca es necesaria en todas las etapas evolutivas de tal manera que debemos tener una gran variedad de estímulos externos que consigan “enganchar” a nuestros menores para después potenciar la motivación intrínseca”.

¿Cómo podemos fomentarla en nuestros menores? ¿ de qué manera podemos generar un equilibrio entre la motivación extrínseca e intrínseca?

En este sentido, la implicación emocional es fundamental para que se desarrolle la motivación. Para ello, tomamos como referencia una fórmula que explicó  José Antonio Marina en su libro “Los secretos de la motivación”:

MOTIVACIÓN = deseo + valores (incentivos, metas) + facilitadores

Desde que somos niños tenemos 3 deseos que hay que tener en cuenta para el desarrollo de la motivación:

1.El deseo de bienestar personal (principio de placer).

2.El deseo de ser aceptado  (principio de reconocimiento o integración social) que satisface la necesidad de pertenencia.

3.El deseo de ampliar las posibilidades de acción (principio de creatividad o superación personal) para un desarrollo emocional e intelectual óptimo.

Además, debemos incluir algunos factores para incentivar a los menores:

1. Factores motivadores básicos:

  • Referentes como padres, profesores y educadores que impulsen a través del ejemplo.
  • El reconocimiento  por el esfuerzo y establecer un sistema de premios  al deseo de aprender a través de refuerzos verbales y/o refuerzos que fomenten el acercamiento emocional: ¡lo estás haciendo muy bien! e incluso poner la mano en el hombro puede resultar un potenciador muy eficaz.
  • Evaluación de las consecuencias que conllevan la desmotivación y planteamiento de soluciones.

2. Factores intelectuales-emocionales:

  • Trabajar con las creencias y las expectativas del menor es fundamental para que no se produzca el abandono.
  • Centrarnos en emociones positivas ya que despiertan deseos de actuar: alegría, esperanza e ilusión.
  • Establecer a través del diálogo un razonamiento de las razones y los objetivos de diferentes acciones y/o actividades.

3. Factores motivadores avanzados:

  • La importancia de generar hábitos a través de la repetición de conductas ahorran tiempo y esfuerzo para realizar otras tareas.
  •  La facilitación del aprendizaje eliminando las barreras que entorpezcan a nuestros menores ayuda a que no se genere la desmotimotivaciónvación.

 

 

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