Entrevista a Yolanda Cuenca, Psicóloga e Integradora Social: El ciberacoso desde un enfoque multidisciplinar

Entrevista sobre el ciberacoso

1.¿Dónde desarrolla su trabajo? ¿Cuál es su perfil profesional?

Actualmente trabajo como Educadora Social en un piso de emancipación para jóvenes en situación de riesgo de exclusión social. Proporcionamos un entorno sano y seguro bajo supervisión y orientación para el desarrollo integral de estos jóvenes con el fin de que se independicen en un futuro siendo personas autónomas y felices.

2.¿Qué piensa del uso de las Nuevas Tecnologías en los niños?

A mi parecer, las Nuevas Tecnologías han llegado a las nuevas generaciones de forma precoz en el sentido de que los niños y jóvenes han adquirido una gran destreza en su uso a nivel técnico, pero no ha habido una preparación previa para que aprendan a utilizarlas con la debida ética y responsabilidad, ni se ha propiciado una toma de consciencia de las consecuencias del mal uso de éstas, muchas veces irreversibles.

3.El acoso virtual es un fenómeno que cada vez está adquiriendo más fuerza entre el público infantil y adolescente, ¿por qué está sucediendo esto?

Es sencillo, y se cuenta con la aprobación de las masas y la responsabilidad compartida. Además, los acosadores ni siquiera tienen que mirar a los ojos a la víctima, sino que lanzan la piedra detrás de una pantalla, la cual pueden apagar en cuanto se aburran sin exponerse a nada ni ver las consecuencias directas de sus actos. Funciona de la siguiente manera: se publica algún comentario negativo o ridiculizante de una persona, ya sea por los grupos de whatsapp o por las redes sociales, y a los pocos momentos aparecen oleadas de comentarios “ingeniosos” que “ríen la gracia”. Funciona como un reforzador a corto plazo para todos los que promueven dicha humillación, y eso hace que continúe el acoso. La infancia y la adolescencia son etapas complejas y se busca la integración en el grupo de iguales y la aprobación de la mayoría o los que tienen mayor “estatus social”, que muchas veces coinciden con el perfil de los acosadores. Las víctimas del bullying suelen ser perfiles de niños o jóvenes con pocas destrezas sociales y no suelen estar integrados en el grupo ni tienen las herramientas para defenderse de los acosadores. Antiguamente, solía ser un grupo reducido el que acosaban a la víctima y la mayoría se mantenían ajenos y miraban hacia otra parte para “no ensuciarse”. Ahora, la tendencia de esta antigua mayoría es apoyar a los acosadores detrás de la pantalla en busca de un acercamiento fácil a los componentes de mayor estatus del grupo.

4.¿Son las redes sociales, internet y la tecnología las culpables de todo lo que está ocurriendo?

Eso sería como afirmar que los cuchillos son los culpables de muchos de los asesinatos que aparecen en los noticiarios. Hasta un palo de madera puede ser un arma si se le da un mal uso. Lo mismo ocurre con las TICS. Las Nuevas Tecnologías están proporcionando a la sociedad muchos beneficios a todos los niveles: acceso a la información, la oportunidad de compartir opiniones y conocimientos, desarrollo cultural, acceso a servicios de interés ciudadano, crecimiento económico y un largo etc. El problema no son las TICS, sino la falta de control y responsabilidad sobre el uso de las mismas. Se lanzaron al mercado con manuales sobre su uso técnico, pero se olvidaron de acompañarlas de otro manual sobre su uso responsable…

5.¿Cómo cree que se está abordando este asunto?

Es cierto que cada vez se están implantando más programas de prevención e intervención de acoso escolar en los centros educativos debido a la actual alarma social, los cuales  potencian las buenas relaciones entre alumnos. En muchos centros escolares existen servicios de mediación en los que a menudo participan los propios alumnos, que ayudan a resolver conflictos de forma pacífica y las llamadas tutorías entre iguales en las que un compañero se ofrece de forma voluntaria a acompañar y orientar a otro compañero con problemas académicos o sociales. También se cuenta con el Departamento de Orientación, en el que un psicólogo ofrece pautas a padres, alumnos y profesores para abordar la problemática y entrenar a los alumnos en la adquisición de competencias sociales  (aunque muchas veces se ven desbordados, ya que suele haber uno o rara vez dos psicólogos por cada centro escolar).  No obstante a menudo la normalización o desconocimiento por parte de padres o profesores de conductas en los menores que ya avisan de indicios de acoso escolar fomenta la intervención tardía de estos casos. Todavía existe mucho desconocimiento al respecto. Los menores que sufren esta situación suelen ser jóvenes introvertidos que, por vergüenza o miedo, no piden ayuda a los adultos, los cuales a menudo interpretan que la timidez o las conductas problemáticas son propias de las etapas de la infancia o la adolescencia. Si los padres y profesores no detectan estas señales ni tienen las herramientas para actuar cuanto antes, el problema se dilata en el tiempo y estos jóvenes siguen sufriendo en silencio. Si a esto sumamos la falta de control parental sobre el uso de las TICS de sus hijos, que a menudo conviven con ellos sin tener ninguna consciencia del uso que hacen de las mismas, nos encontramos ante un panorama bastante alarmante. Es por ello por lo que es precisa una colaboración entre padres y profesores y un seguimiento constante de los menores, no sólo en cuanto a las notas de las materias escolares, sino también de la forma en la que se relacionan con sus compañeros y el uso que hacen de las TICS para poder detectar posibles conductas desadaptativas e intervenir en consecuencia desde los centros escolares y desde casa.

6.¿Qué medidas deberían tomar los centros y el sistema educativo ante el ciberacoso? ¿Cómo cree que lo hacen?

Creo que el sistema educativo actual, todavía sigue dando más importancia a la adquisición de conocimientos teóricos que al desarrollo de competencias sociales. La falta de competencias como son la comunicación, la autoestima, la resolución de conflictos o la gestión de las emociones son los ingredientes principales que acaban manifestándose en forma de bullying o ciberacoso, y es cuando asoma la punta del iceberg cuando los centros educativos comienzan a tomar medidas, y no siempre, ya que muchas veces el miedo a manchar la reputación del centro o el desconocimiento a la hora de afrontar correctamente estos casos, hacen que se tomen medidas rápidas y parcheadoras como son la expulsión de los acosadores durante un tiempo o incluso se fomenta el traslado de las víctimas a otro centro educativo para que “puedan empezar de cero”. Sin embargo, estas medidas no solucionan el problema, ya que tanto víctimas como acosadores seguirán actuando como tales en su entorno o en otros centros escolares y arrastrarán esos problemas a la vida adulta. Conozco casos en los que el bullying ha dejado graves secuelas psicológicas tras años de haberlo padecido que han llevado a las víctimas a tener problemas a la hora de relacionarse, mantener un trabajo y han derivado incluso en intentos de suicidio. No debemos dejar que se llegue a ese punto. La clave es la prevención y procurar una formación a los profesionales de los centros educativos para que aprendan a detectar la falta de habilidades sociales en sus alumnos y el asomo de conductas que puedan derivar en casos de acoso escolar, y una vez detectadas realizar una intervención interdisciplinar para que puedan adquirir las herramientas necesarias para relacionarse de forma saludable.

7.Si conociera que algún amigo o miembro de su familia está sufriendo ciberacoso, ¿cómo actuaría? ¿Considera que recibe formación e información suficiente para afrontarlo eficazmente?

Ante estos casos hay que actuar de inmediato. Debido a mi trabajo, conozco métodos para el desarrollo de habilidades sociales y resolución de conflictos. No obstante, recomendaría a la persona afectada y a su familia comunicar inmediatamente la situación al centro educativo para que tomen medidas en conjunto con las familias, tanto de la víctima como del acosador, implicando a toda la comunidad educativa, incluyendo a los alumnos. Y les recomendaría, además, que pidieran ayuda a profesionales especializados en ciberacoso, como es vuestro caso, para poder abordar el problema desde la raíz y de manera integral, para que tanto alumnos, como padres y profesores dispongan de las herramientas y formación adecuada para actuar correctamente y prevenir la aparición de casos de acoso escolar en el futuro.

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