Diariamente recibimos noticias de sucesos cargados de violencia en cualquier ámbito: hombres que golpean hasta matar a sus parejas, disputas familiares por herencias, altercados entre bandas que dicen defender ciertas ideas donde los elementos radicales son los que gobiernan ciertas conductas violentas, y por supuesto otro tipo de violencia que siempre ha existido en las aulas conocida actualmente como acoso escolar.
Es preocupante como se han potenciado las conductas de acoso escolar entre nuestros menores. Pero debe generar más preocupación el hecho de que podamos ver este tipo de violencia como un comportamiento más de socialización entre nuestros menores y que se genere una normalización que impida la prevención y la intervención de manera adecuada.
El acoso escolar es un conjunto de comportamientos que se manifiestan tanto en agresiones físicas como en agresiones verbales de forma repetitiva y progresiva en el tiempo. Por tanto, no es acoso cuando surja una pelea o conflicto en un momento determinado en el recreo o en el aula.
No obstante, aunque se trate de conductas concretas, pueden existir actos que se ejerzan con el objetivo de lograr una cosa a través del uso de la fuerza. Y en muchas ocasiones, ciertas conductas violentas tratan de dañar física o mentalmente a otra persona para someterla hasta el punto de realizar grabaciones y compartirlas en redes sociales.
Por supuesto, el agresor que ejecuta acciones violentas con el único fin de hacer daño a la víctima y así poder sentirse superior y bien consigo mismo. Por desgracia, estas acciones están apoyadas por el grupo de observadores que aplauden y alimentan estos comportamientos.
Nuestros menores aprenden que a través de la violencia consiguen lo que quieren. No obstante, ya no solo emplean la violencia como medio para alcanzar sus objetivos, sino que también lo hacen para su diversión.
¿ En qué estamos fallando? ¿ qué tipo de valores se deben enseñar a nuestros menores para erradicar este tipo de acciones? ¿ quiénes son los responsables de este tipo de conductas? Múltiples preguntas que invitan a reflexionar, aunque todavía no encontremos las respuestas correctas.
