La importancia del tiempo entre padres e hijos: ” La organización es la clave”

En un artículo escrito por Joaquina Padres, publicado por el “El País” en el 2011, se reflejaba directamente: “Lo tienen todo, excepto a sus padres”.

De esta manera, la autora dictaminaba como muchos menores tienen padres de éxito, casas confortables, disposición absoluta a la tecnología, dinero para un sinfín de caprichos pero les falta lo esencial: sus padres. La autora también refleja en sus palabras las consecuencias de esta falta de tiempo entre padres e hijos: “Los adolescentes urbanos procedentes de familias de clase media y media alta empiezan a llenar las consultas de psicólogos y pediatras sociales aquejados del mal de la soledad. Han crecido casi por su cuenta, a cargo de cuidadoras ajenas a la familia, y sus padres, ocupados a tiempo completo en mantener el estatus social, carecen del tiempo que ellos demandan. Las consecuencias suelen ser perversas: trastornos de conducta, agresividad, enfrentamientos constantes con los padres… Y también una tendencia al aislamiento preocupante. Tanto, que algunos adolescentes han empezado ya a ser catalogados en situación de riesgo y enviados temporalmente a pisos tutelados por la Administración”.

¿Qué consecuencias tiene esta “falta de tiempo” en el desarrollo de nuestros menores? ¿Cómo afecta en la relación entre padres e hijos? ¿Más calidad de tiempo o más cantidad?

La falta de tiempo de calidad de sus padres hacía ellos genera consecuencias diversas tanto en su desarrollo físico como psicológico, convirtiéndose en adolescentes y jóvenes con baja capacidad para tolerar la frustración, uso de conductas violentas para conseguir sus objetivos, y problemas de adaptación en otros ámbitos como en el del trabajo en el de la pareja.

Es importante  señalar que lo que va a afectar positivamente en los niños es la calidad del tiempo  que los adultos pasan con ellos y no “cuanto” tiempo se pasa con ellos. Podemos invertir muchas horas, día tras día con nuestros menores, pero lo podemos emplear para otras actividades propias, mientras que el niño o la niña juega durante horas a un videojuego. Por otra parte, Como en cualquier relación humana, la dedicación de un tiempo de calidad es fundamental para generar vínculos afectivos. Por este motivo, es tan importante que desde edades tempranas, experimenten por parte de sus progenitores la importancia de la implicación emocional. Todo es cuestión de tiempo.

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