Menor víctima y menor agresor: Semejanzas y diferencias

Es cierto que la palabra perfil se emplea para muchos ámbitos: perfil profesional que se pretende conseguir en un puesto de trabajo, perfil de menor que queremos formar o diferentes perfiles de estilos educativos que aplican los padres con sus hijos. Aunque muchos profesionales están en desacuerdo en elaborar perfiles de personalidad (ya que no existen dos personas idénticas aunque tengan comportamientos similares), es cierto que nos pueden ayudar a orientarnos a la hora de conocer las características personales tanto de los menores víctimas como de los menores agresores: razones por las cuales el menor ejerce conductas de abuso y de acoso frente a otro menor sin saber como defenderse ni como actuar.

Es frecuente encontrarnos en cualquier artículo profesional, descripción o incluso en las preguntas realizadas por padres interesados preguntas relacionadas con el perfil psicológico tanto del menor agresor como el menor víctima: “¿ Cómo son los menores que cometen las agresiones?” ” ¿ Cómo son los menores que reciben las agresiones?” ” ¿ Cuál es la finalidad de estas agresiones?” Este tipo de preguntas responden a los diferentes factores de personalidad que componen la esencia tanto del menor víctima como del menor agresor, es decir, el perfil psicologico.

Hay que señalar que las características que se van a describir a continuación son generales, es decir, no todos los menores agresores y menores víctimas son iguales, pero sí que siguen un patrón de comportamiento contrastado. Muchos de los estudios realizados sobre el tema, destacan que los menores agresores tienen dificultades para controlar sus impulsos, es decir, no tienen la capacidad de autocontrol desarrollada, por tanto, no aceptan que a veces las situaciones no salen como ellos desean y por ello responden con ataques de ira transformándose en comportamientos violentos como lanzar objetos o pegar golpes. Emplean el uso de la violencia como medio para conseguir lo que desean. Aunque resulte irónico, poseen de ciertos elementos personales que les convierten en líderes de algunos de sus compañeros que les apoyan en sus agresiones ( observadores). Puede ser por el desarrollo precoz de características físicas: más altura, una voz más grave o más desarrollo muscular o/y  por características personales: pueden mostrarse muy seguros de sí mismos, valientes al contestar a un profesor o por consumir tabaco o alcohol. Además, en algunas ocasiones pueden mostrar autosuficiencia e independencia con una alta capacidad de envolver tanto a sus compañeros como a algunos adultos sin ser conscientes de ello.

Por el contrario de los menores agresores, los menores víctimas suelen resolver conflictos de una manera pasiva, es decir, se muestran sumisos para evitar el conflicto y no expresan realmente sus pensamientos y sentimientos. En muchas ocasiones, poseen conductas de timidez que les dificulta relacionarse con el resto de sus compañeros. En cuanto a sus características físicas, es fácil que tengan alguna característica que les diferencia del resto, conviertiéndose en un elemento clave para el menor agresor: llevar gafas, ser pelirrojo, ser más algo o bajo de la media, tener pecas… cualquier característica diferente al resto, el menor agresor la va a emplear para iniciar sus ataques.

No obstante, tanto los menores que padecen el acoso como el menor que lo lleva a cabo, pueden compartir características similares: ambos tienen una autoestima baja, ambos tienen carencias en el desarrollo de habilidades sociales y de habilidades de resolución de conflictos y posiblemente ambos hayan tenido carencias emocionales a nivel familiar.

La diferencia fundamental es que el menor agresor ejerce conductas de acoso de una manera cada vez más grave y de una manera progresiva debido a la ausencia de respuesta del menor víctima. De esta manera, busca alimentar su autoestima a base de ridiculizar, humillar y destrozar la autoestima de la víctima que no dispone de herramientas para neutralizar el ataque.

Pero… ¿ qué ocurre con los observadores? ¿ cómo son? ¿ es igual el acoso que ejercen los chicos que el de las chicas? Estas cuestiones se merecen de una respuesta detallada en artículos posteriores.

Menor agresor y menor víctima

 

 

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